Mientras me acercaba esta tarde a la oficina de Correos a recoger mi banda sonora del Dissidia, me vino a la cabeza una cosa, ¿qué habría sido de Correos sin las compras online? Y es que con la llegada de Internet y especialmente el e-mail la idea de tener que mandar una carta y esperar a que llegase resultaba terriblemente anticuada, y parecía que las empresas de mensajería estaban condenadas a reducirse a las dos o tres más poderosas.
Pero sin embargo ahí siguen, más fuerte que nunca, ¿y por qué? Por todos los freaks/geeks (entre los que me incluyo, snif) que nutrimos nuestras ansias consumistas mediante la compra por Internet. Así que si alguna vez oís a los carteros quejarse de "estos putos frikis" por tener que cargar con figuras de resina de 20 centímetros en cajas que abultan más que su carro, paraos frente a ellos y recordarles: "estarías en la calle de no ser por los putos frikis".
