Siempre me ha gustado el cubo de Rubik. Tenía uno de pequeño y solía completarle. Hoy en día veo en los campeonatos mundiales a críos que resuelven dos a la vez con los ojos cerrados en 4 segundos, y me dan miedo.
Sin embargo el nuevo artilugio de Rubik es el Mirror Blocks, una vuelta de tuerca al clásico cubo. Este engendro asimétrico y con las caras metalizadas tiene poca pinta de triunfar, pero a mí me mola.